Definitivamente muchas mujeres eyaculan incluso con fuerza, y a veces volúmenes mucho mayores comparados con la eyaculación masculina. Se han recogido testimonios de casos de hasta dos pequeños pocillos de eyaculación, mientras que en otras mujeres pasa inadvertida al confundirse con el flujo vaginal o se redirecciona hacia la vejiga. El fluído que se expulsa por la uretra antes o durante el orgasmo no es orina, sino más bien un líquido similar al semen en color, viscosidad y componentes. La inexperiencia y el desconocimiento provocan frecuentemente vergüenza, ya que a veces se cree que lo que ocurrió en realidad es que no hubo control de la orina.
El porcentaje de mujeres que logran eyacular no está aún muy claro, aunque cada vez nos encontramos en el consultorio y en los correos electrónicos con más cantidad de evidencias. Algunos estudios arrojan que hasta un 60% de las mujeres reportaron la expulsión de líquido durante el orgasmo.
Sí sabemos que la mayoría de las mujeres que alcanzan este orgasmo “húmedo”, conocen su punto G y saben cómo estimularlo. En general es un estímulo manual (de ella misma o de su pareja), quizás ayudándose con un dildo de punta curvada o de repente utilizando alguna postura coital que facilite este tipo de estímulo (en general las penetraciones posteriores). Varios sexólogos reconocidos, incluyendo a la célebre Dra. Beverly Whipple, destacan el rol del punto G para gatillar la eyaculación femenina.
Como siempre digo, espero que este artículo y toda la información que encuentres al respecto sea útil para explorar nuevos horizontes eróticos, pero que no se convierta en una exigencia ni en un examen a aprobar.
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